Una frase que se repite cada vez mas entre l@s peluquer@s canin@s y que resume una nueva forma de entender el negocio de la peluquería canina a la que se van sumando much@s profesionales en un intento de mantener la rentabilidad de su negocio o simplemente por intentar ofrecer un perfil mas especializado con el objetivo de marcar la diferencias frente a una competencia que crece al amparo de otros negocios complementarios como clínicas veterinarias y macrocentros para animales de compañía.
De un tiempo a esta parte son muchos los centros que reducen o liquidan como pueden sus stocks, a menudo sobredimensionados, recuperando unos valiosos metros en los que expandir el espacio destinado a la realización de los servicios de estética e higiene animal o planifican la apertura de un negocio dedicado de forma casi exclusiva a la peluquería canina.

¿Que ha pasado para que se produzcan estos cambios?
Abrir hace algunos años un centro dedicado exclusivamente a la peluquería canina en España se hubiera entendido como una arriesgada opción empresarial ya que esta actividad era considerada como complementaria de otra principal y supuestamente mas rentable y segura como es la venta de productos y accesorios para toda clase de animales de compañía, la típica tienda de animales de toda la vida hacía un hueco al peluquero o el profesional abría su local basandose en el perfil de tienda mas peluquería.
El requerimiento de disponer de un local suficientemente amplio para exponer una gama de productos muy amplia y variada obliga a realizar una elevada inversión inicial gravando a su vez los costes fijos y obligando a mantener y aumentar un stock con muchos productos sujetos a caducidades o modas.
La recursos económicos y de espacio destinados a la tienda restan la capacidad de adquisición de maquinaria y herramientas de peluquería canina desterrando frecuentemente al peluquero al último rincón disponible en el local.
Los ajustados margenes de beneficio de las ventas en tienda y las mermas por caducidad o la obsolescencia de los artículos producen una baja rentabilidad compensada con un intensivo control de las compras y la comparación de las promociones y las ofertas puntuales de los diferentes proveedores.
La competencia se efectuaba entre centros de similares características que contaban con los mismos proveedores y por lo tanto las mismas oportunidades de compra y venta hasta que las cosas cambiaron con la entrada en el sector de grandes centros y tiendas virtuales en la red cuya capacidad de compra les permitió ofrecer precios reducidos a los mismos productos ofrecidos por el comercio tradicional y la irrupción de las denominadas tiendas chinas con una oferta de dudosa calidad pero precios mínimos que resultan muy atractivos para los consumidores.

Competir con estas nuevas formas de oferta y su capacidad de promoción y precios reducidos resulta una misión imposible que limita considerablemente la posibilidad de supervivencia en el sector.

La supervivencia empresarial para much@s profesionales de la peluquería canina sólo es posible mediante la especialización manteniendo un espacio para ventas reducido, una gama de productos directamente relacionados con su actividad como la cosmética, utensilios de peluquería canina y alimentación de alta gama y venta exclusiva en comercios especializados.

La sociedad ha evolucionado y mediante la información está mejorando su comprensión sobre las necesidades reales de sus compañeros y se hace más selectiva y exigente hacia los profesionales que se dedican a su cuidado, esto hace posible la existencia de centros que guardan mas similitud con los salones de peluquería y estética humana que con las tiendas de animales de toda la vida, este tipo de salones tiene gran aceptación y a pesar que muchos propietarios de animales de compañía solo tienen en cuenta el precio del servicio los centros que se basan su oferta en la calidad tienen gran aceptación y futuro.