Tenía curiosidad por conocer la opinión de los y las profesionales de la peluquería canina, por medir el estado de animo general y poder dar voz al colectivo.
Por esa razón, el pasado día 10 de Junio de 2018 decidí lanzar algunas preguntas en varios grupos en los que nos reunimos un gran número de profesionales, y supongo que también de aficionados a la higiene y estética canina.
No se trataba de publicar una encuesta profesional, sino de una serie de preguntas que nos aportaran una información que, aunque carente de valor demoscópico, nos permitiera hacerse una idea del sentir general, reducido a aquellos/as profesionales, que no son todos/as, que transitamos por los diferentes grupos de Facebook.
La respuesta ha sido increiblemente satisfactoria, francamente no esperaba semejante participación, ya que desde el primer momento se acumularon las respuestas hasta el punto de contabilizar 500 en una semana.
Sé que era un cuestionario largo, por lo que agradezco especialmente vuestra colaboración, me complace mucho el interés que habéis mostrado, y quiero deciros que percibo un sentimiento de colectivo, de grupo que comparte experiencias y que siente la necesidad de compartirlas con quienes pueden comprenderles.


De los diferentes gráficos podemos sacar varias conclusiones:
La mayoría de las y los profesionales se han incorporado en los últimos diez años, siendo especialmente significativo el número de nuevos/as profesionales con un máximo de dos años de experiencia. Predominantemente somos autónomos, nos formamos previamente y le damos valor a la formación continua.
En general estamos bastante satisfechos con nuestro trabajo, aunque creemos que la situación podría mejorar y que las condiciones laborales no son las mejores.
En los últimos diez años, y especialmente en los últimos cinco se han abierto un gran numero de centros, siendo elevado porcentaje de traspasos de negocios tras su cierre.
Quienes han abierto su propia empresa lo han hecho empujados por su afán de emprendimiento, aunque muchos se han decidido ante las deficientes condiciones laborales del sector, y es numeroso el grupo de los que lo hacen sin experiencia o formación en gestión empresarial, aunque un elevado número realizó un plan de empresa previo.
Abrir una peluquería canina no parece muy complicado, con unos costes que la mayoría declara por debajo de los 12.000 euros, y un tamaño de 60 a 100 metros e incluso menor.
Los centros están organizados en zonas separadas para ventas, corte y baño, ofreciendo todo tipo de servicios de higiene y estética canina, en especial servicios de baño y corte de pelo, y basan sus tarifas mayoritariamente en los costes y la competencia